Author: gabtorar
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1 Samuel 25:27 “Y ahora este presente que tu sierva ha traído a mi señor, sea dado a los hombres que siguen a mi señor”.

En un escrito anterior mencioné que los nombres en la biblia son muy descriptivos del carácter de quienes los llevan.
Uno de los nombres más fantásticos que encontramos en las escrituras es EMANUEL. Esto quiere decir “Dios con nosotros”.
Seguramente no hemos reparado con suficiente profundidad en tal declaración. Ese nombre es atribuido única y exclusivamente a Jesucristo, el Hijo de Dios.
La biblia dice que el Dios Invisible y Eterno se hizo visible por medio de la encarnación del Hijo, de nuestro Señor Jesucristo. ¿Logra usted capturar la idea? El Dios Eterno, Aquel que era imposible de ver para los hombres, se DEJÓ VER a través de Jesucristo.
Uno de los discípulos, Felipe, le dijo: “Señor, muéstranos al Padre”, a lo cual Jesús respondió: “el que me ha visto a mí, ha visto al Padre”.
Por supuesto yo me inclino a creer que no se refería tanto al aspecto físico como a lo que TODA LA PERSONA de Jesús representaba.
Su carácter, sus principios, los valores por los que regía Su vivir, eran los del Padre.
Quien veía a Jesús actuar, podía ver al Padre. Lo que Jesús hacía era lo que Padre haría.
Con esta idea en mente deseo regresar al tema anterior, en que hablé de Nabal. Este hombre, que haciendo honor a su nombre demostró ser todo un insensato (eso significa Nabal).
Aprendimos que Nabal era un hombre de duro corazón y un egoísta. Un hombre como muchos que usted y yo conocemos. Un hombre injusto, un miserable. Una persona que vivía sólo para si misma.
La vida que gira en torno a uno mismo es muy triste. Las personas que viven pensando sólo en si mismas NUNCA están contentas.
No alcanzan a valorar LO QUE TIENEN porque siempre su mirada está puesta en LO QUE LES FALTA.
Olvidan o ignoran lo que la biblia dice respecto a que “nuestras costumbres sean sin avaricia y que estemos contentos con lo que tenemos”.
Nabal manifestó su insensatez al rehusar hacer bien a David, quien había estado favoreciéndolo al cuidar sus pastores y animales.
¿Cuánto cuesta la paz del alma?
¡¡El alma nunca está VERDADERAMENTE en paz hasta que SABE que ha hecho lo correcto!!
Y cuando hacemos lo correcto inevitablemente recibiremos del bien que hayamos hecho. Es indudable que este principio opera en ambas direcciones.
Hay gente que se dedica a hacer el mal. Los envidiosos siempre están deseando el mal de aquellos que avanzan y prosperan en la vida. Se vuelven infelices pensando en cómo a otros les va bien y a ellos no. Pero no se dan cuenta que el éxito de otros no es casual ni fortuito.
La mayoría de las veces es resultado del trabajo y del esfuerzo.
Otras veces, es resultado de la bondad de las personas. Hay personas que son capaces de quitarse lo que llevan puesto para compartirlo con quien lo necesitan. Son en extremo generosos.
Pero también hay gente (son la mayoría) a las que tú tendrías que quitarles la vida antes de poder sacar algo de ellos.
Nabal parece ser de esta clase de personas. No tuvo para compartir con David y los hombres que cuidaban sus intereses, pero hizo banquete de rey para él. (ver versículo 36)
Cuando su mujer le dio la notica de lo David iba a hacer (quitarle la vida a Nabal) este quedó paralizado.
La biblia dice que DIOS lo hirió y que 10 días después, Nabal murió.
Esto me deja muy claro que la única posibilidad que tiene el egoísmo delante es Dios es la muerte.
Un Dios que da, da y da, que concede oportunidades por montones, que da vida, fuerzas, inteligencia, que generosamente deja caer la lluvia para que animales, pastos y flores se nutran.
Un Dios así NO MIRA con buenos ojos a los egoístas y miserables. No mira con buenos ojos a los que sólo tienen para ellos.
Delante de un Dios así el egoísta tiene un sólo destino: morir.
Pero no te confundas, Dios quiere darnos vida, por eso nos enseña que para recibir de Su buena mano debemos dar la espalda a aquellas cosas que indisponen a Dios CONTRA nosotros.
David estaba A FAVOR de Nabal, pero la actitud del propio Nabal lo indispuso contra él mismo.
El egoísmo es sólo una de ellas, la soberbia y el menospreciar al prójimo son otras. Dios también aborrece al mentiroso.
Podemos engañar a todo el mundo mostrando una careta, pero Dios no puede ser burlado.
Podemos andar por la vida victimizándonos, pero los que conocen nuestra historia sabrán si en realidad somos victimas o victimarios.
Podemos echar la culpa de nuestras maldades a otros. Podemos argumentar que nuestros errores fueron producto de no haber sabido. Mucha gente, en especial los que NO NOS CONOCEN, nos creerá, pero Dios SABE qué clase de personas somos en realidad.
Y tanto del engaño de otros como del propio, Dios nos quiere librar.
Siempre tendremos la opción de escoger: ser una persona insensata como Nabal, o una de buen entendimiento como Abigail.
Cuidado con lo que escojamos. Cuidado con el NOMBRE con el que nos identifiquemos, porque los Nabales recibirán sus maldiciones, y las Abigaíles, sus bendiciones.
Cada cual, por supuesto, de acuerdo a lo que por su naturaleza haya sembrado. (última parte mañana)
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