Author: gabtorar
•12:58

Hebreos 11:36  “(Por su fe) Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. 37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados”;
Ayer planteaba que uno hace cualquier cosa por Su Dios. Esto es cierto aunque algunos no se den cuenta. Uno está dispuesto a hacer esfuerzos y sacrificios por complacer aquello que uno adora o con lo que uno se identifica.
Lo anterior implica que uno paga un precio por servir a su Dios. Sea que uno sirva al Dios verdadero o a alguno falso, siempre la deidad establece reglas, preceptos y exige sacrificios (de distinta índole) que uno debe estar dispuesto a pagar si ha de seguirle.
En este marco cabe preguntarse ¿Cuánto me ha costado mi fe? ¿Qué precio he tenido que pagar por servir a mi Dios?
“Lo que nada cuesta, en nada se valora” es algo que cada día tengo más presente.
Se me vienen a la mente millares de personas que levantan la voz diciendo que se identifican con Cristo, pero que no están dispuestos a pagar ningún precio por su fe, por seguir a Jesús.
La fe tiene un alto costo. Creo no me equivocarme al decir que el precio más alto que vas a pagar en la vida, será el que pagarás por tu fe. Por ser consistente con lo que crees (o dices creer).
Por la fe uno puede llegar a vivir privaciones, ser apartado, discriminado, verse en la necesidad de abandonar proyectos personales en los que invertiste tiempo, fuerzas, dinero…
¡Pagaremos un precio por servir al que llamamos Dios!
Los apóstoles de Cristo vivieron situaciones muy difíciles, que de no ser por su profundo compromiso con Cristo y la ayuda del Padre, de seguro les hubieran hecho claudicar.
A la pregunta del escrito de ayer (¿Quién es mi Dios?) sería pertinente agregarle ¿Qué estoy dispuesto a hacer por mi Dios?
Porque en verdad, la devoción no se mide por las palabras que uno pronuncia (ni siquiera por las promesas que uno hace) sino por los hechos.
Es fácil prometer lo que podemos y aun lo que no podemos cumplir, cuando estamos bajo una agradable y fuerte influencia emocional o cuando nos sentimos alentados o consolados por el Señor.
El desafío no es prometer sino cumplir. Yo he oído muchas promesas en el altar de Dios, que después se las llevó el viento.
Estando bajo la agradable caricia del Padre, he oído a muchos prometerle amor eterno, fidelidad incondicional, sin importar costos o consecuencias.
Y créeme que así como Jesús preguntó a la mujer ¿Dónde están los que te acusan? yo he oído al Señor susurrar: ¿Y dónde están los que prometían?        
Seguir a Aquel que llamamos “Dios”, tendrá costos. Algunos pagarán un precio más alto que otros quizás pero TODOS deberíamos estar dispuestos a hacer o dejar de hacer, tomar o abandonar, lo que Dios quiera.
Si no está en ti esa disposición, puede que signifique entonces que Él NO ES tu Señor, NO ES tu DIOS.
Y si no es tu Dios, difícilmente será Tu salvador.
Es peligroso confundirse en este tema, porque un error en esta materia no nos costado algunos pesos o dólares, puede costarnos LA PAZ y EL REPOSO ETERNO del alma.
La fe tiene un precio. A mi juicio, el más alto de todos. Todos lo pagaremos, y tu vida querido lector, no será la excepción.  
¿Estás sirviendo a tu Dios como ÉL merece?
Author: gabtorar
•12:57

Éxodo 20:3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
Desde tiempos inmemoriales los hombres han adorado aquello que consideran su “dios”.
La historia ha cambiado, hemos concebido tecnológicamente hablando, avances que algunos jamás hubieran pensado posibles. No obstante, en lo concerniente a la deidad, las cosas no han cambiado para nada.
Los dioses se han vestidos de ropas distintas, de distintos nombres pero la lógica que opera y que mueve el asunto, sigue siendo la misma. Las personas tenemos la facultad de adorar, y por raro que parezca, ninguno la malgasta porque cada cual a adora a sus dioses muy religiosamente.
Estos dioses tienen diversas formas. Algunos como dice el apóstol Pablo en el libro de Romanos (cap. 1) tienen “imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles”.
Pablo añade que “los hombres cambiaron la gloria de Dios por estas imágenes” y las adoraron.
Suena fuerte ¿verdad?
La cruda realidad es que las personas en efecto HACEN cualquier cosa por su dios. Cualquier esfuerzo, cualquier clase de sacrificio.
Es sorprendente la capacidad que tenemos para entregarnos a aquello que tiene valor de culto para nosotros.
Los mártires son una buena prueba del compromiso que podemos llegar asumir con nuestros “dioses”.
El Creador nos dio la faculta de adorar, de mirar reflexiva y contemplativamente, de reconocer los méritos, obras y atributos de aquello que para nosotros representa la deidad.  
Es triste, por tanto, cuando adoramos lo que por naturaleza, NO ES DIOS.
¡Que lamentable es cuando nos entregamos a adorar aquello que no es digno de tal veneración!
Sin darnos cuenta, las personas adoramos, desde seres que creamos para llenar espacios o satisfacer necesidades, hasta las cosas que adquirimos o que deseamos adquirir.
Dedicamos tiempo, atención, recursos a nuestros dioses.
Las cosas más simples y triviales pueden llegar a convertirse en objetos de culto y adoración si no  somos cuidadosos.
Por ello es importante preguntarnos ¿quién es nuestro Dios?
Descubriremos qué o quién es nuestro Dios, muy cerca de aquello a lo que dedicamos nuestro tiempo y fuerzas. Bien puede estar escondido tras aquello que nos roba el pensamiento y hace palpitar el corazón.
Aunque digamos que tal o cual cosas NO es nuestro dios, nuestros hechos (nuestra adoración y culto) revelarán  si hablamos con verdad o mentimos, ya que en tu dios estarán puestas tus metas y deseos.
Si EL SEÑOR (Jehová) es tu Dios no habrá cosa que te separe de Él. No habrá esfuerzo muy grande, ni sacrificio que no estés dispuesto a hacer por Él.
Dios sabe que estamos dispuestos a inclinarnos y honrar aquello que consideramos nuestro dios.
Ya sea una imagen, la familia, una persona, un trabajo, una mascota, el dinero…
El verdadero Dios es celoso y nos advierte de tener cuidado de a quién estamos dando nuestro reconocimiento y adoración.
¿Tienes claro quién es tú Dios?
Author: gabtorar
•12:57

Marcos  14:27 Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche…
Marcos  14:29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no.
Pedro pronunció estas palabras justo cuando Jesús había AFIRMADO que esa noche TODOS sus discípulos se escandalizarían de Él.
¿Quien, fuera de Dios, conoce lo que verdaderamente hay en el interior del hombre?
Uno puede tener tantos conceptos equivocados de las personas, y como no, ¡si a veces ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos!
¿Cuántas veces nos hemos sorprendido por haber hecho cosas (para bien o para mal) que no pensamos ser capaces de hacer?
Duele darse cuenta que uno no es lo que pensaba. Y aunque no nos gustan los períodos difíciles de la vida, ellos revelan de manera inequívoca lo que somos en realidad.
A veces para comprobar la calidad de algo, no queda más alternativa que probarlo, exponiéndolo a una situación límite.
Los vehículos, y en general casi todo lo que se fabrica, es expuesto a pruebas de rendimiento. En ellas, se analizan la duración y resistencia de los productos. Estos análisis son los que nos garantizan la calidad y durabilidad de lo que hemos adquirido.
Los períodos de dificultad resultan ser muy eficaces revelando lo que somos interiormente.
Mientras Jesús estaba al lado suyo, Pedro se sentía seguro, invencible. Había vivido demasiados capítulos junto a Jesús.
Estando a su lado, Pedro NO vio ni una sola derrota. Cada batalla al lado de Jesús era una victoria segura. Sin importar lo fiero del demonio, lo terminal de la enfermedad o lo perdido que pareciera algún asunto, Jesús transformaba todo por medio Su poder.
De seguro yo me hubiera sentido igual que Pedro si hubiese visto lo que él vio estando al lado de Jesús.
Recuerdo algo no tan espiritual,  como mis partidos de futbol con amigos, cuando al escoger los jugadores, uno se esforzaba por hacer que cierta persona quedara en el equipo con uno. Esa persona garantizaba un buen resultado al final por causa de su buen juego, o su técnica con  el balón.
Pienso que a Pedro le ocurría algo similar. Pero Jesús les está advirtiendo porque sabe que esta vez ellos no van a estar al lado de Él.
Jesús sería separado físicamente al lado de sus discípulos. Llegaría el momento en que lo que Él les había enseñado tendría más sentido que nunca. Ellos serían probados en sus convicciones.
Muchas veces les había dicho que no temieran, que no fueran hombres de poca, fe. Y ahora esas lecciones serían cabalmente probadas en todos ellos de una vez.
Pero mientras todos se escandalizaron podemos encontrar 5 figuras apostadas cerca de la cruz. Se trata de 4 mujeres y un varón. Entre ellas, María la madre de Jesús y María  Magdalena, y junto a ellas Juan, el apóstol.
Estas 5 figuras están ahí mientras que todos los demás han corrido pensando en su bienestar.
Estoy seguro que estar allí, requirió de verdadero amor y compromiso hacia el maestro. Sus vidas, así como la de Él, estaban en riesgo. Al fin y al cabo eran seguidores conocidos de Jesús y aquí lo estaban demostrando abierta e incondicionalmente.
Me pregunto cuán alentador fue para el Señor verles a los pies de su cruz.
Uno sabe que los verdaderos amigos son aquellos que están AHÍ, en las peores circunstancias, y las circunstancias no podían ser peores para Jesús.
Lo paradójico del tema es que Pedro, quien había prometido ser la excepción, NO estaba ahí.
OH Dios bendito, Tú que sabes TODAS LAS COSAS, Tú que conoces lo profundo de nuestros corazones ¡¡LIBRANOS de traicionarte!!  Líbranos de hacerte promesas que luego no podremos cumplir.
Permítenos ser como esos 5, que aunque NO prometieron esta ahí, en el momento de la verdad si ESTUVIERON.
Que no hablaron de lo que estaban dispuestos a hacer ni de cuánto te amaban, pero que en el momento de la verdad,  por medio de sus hechos DEMOSTRARON donde estaban sus corazones. Demostraron cuánto te amaban.
Que en tiempo difíciles como los que nos toca vivir, no nos escandalicemos de Ti.  Que no trepidemos en decir que somos Tuyos, Que te amamos y que si no nos avergonzamos del evangelio es porque ese poder fue el único capaz de librarnos del poder del pecado, y ponernos en la senda de la salvación.
Precioso Jesús: sin promesas, humildemente  te pido, GUÁRDAME para NUNCA escandalizarme de ti. Amén. 
Author: gabtorar
•12:55

Salmos 106:37 “Sacrificaron a sus hijos y a sus hijas a los demonios”
La pregunta puede sonar extraña a los oídos de algunos pero siempre cabe la posibilidad de que lo que uno cree, no sea como uno piensa.
Hay personas que en esta fecha adhieren a la celebración de Halloween. Hablo de padres que entusiastas esperan esta fecha e incluso apartan dinero para comprar disfraces y tener un stock de dulces para compartir con los pequeños que llegan hasta sus puertas reclamando el dulce botín.
Estos padres, creyendo que no hacen nada malo, estimulan a sus hijos a participar de esta festividad demoniaca.
Cuando uno pone el tema en el tapete se encuentra con padres que dicen NO VER EL MAL (todos sabemos que no hay peor ciego que el que NO QUIERE ver) detrás del asunto. Les parece inofensivo que sus hijos se vistan de pequeños diablos, brujas, y otros seres del mundo del ocultismo.
Para ellos, como algunos lo manifiestan, sólo se trata de sacar a sus hijos a buscar algunos dulces.
Otros, (por una cuestión de falta de carácter y liderazgo) no ven como podrían hacerles pasar un mal rato a sus hijos, explicándoles que esta mal llamada “celebración”, no esta en línea con Dios, sino con el enemigo de Dios.
Es curioso, por decir lo menos, que las personas reaccionen de esta manera, especialmente cuando luego dicen creer en Dios.
De ahí me surge la inquietud por presentar este tema ¿Qué Dios estamos siguiendo?
Cuando en nuestras vidas pueden encontrarse mentiras, engaños, adhesión a prácticas anti bíblicas, malas palabras, maledicencia, adicciones a distintos vicios.. y una interminable lista de prácticas QUE NO SE CONDICEN con el Dios de la biblia!!    
Es muy importante preguntarnos a qué Dios estamos siguiendo. A lo largo de la historia, los pueblos han adorado y servido a distintos dioses que los hombres  han creado por pura conveniencia.
El ser humano SABE en su interior que existe una DEIDAD, pero muchas veces se rebela contra la RECTITUD de ESA deidad y propone dioses alternativos, deidades “permisivas y condescendientes”.
No pretendo ser crítico, de hecho, mi intención es que podamos evaluar en que pie estamos para re direccionar nuestros pasos en caso de descubrir que estamos de algún modo extraviados.  
Pero debo decir que el Dios de la biblia tiene características distintivas, atributos que lo hacen ÚNICO.
Él mismo dice si, en Isaías 44:6 ”Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios”.
Este Dios ÚNICO tiene atributos y capacidades que lo distinguen de cualquier otro dios, que los hombres podamos inventar para adorar.
El texto dice que sacrificaron sus hijos e hijas a los demonios. ¿Quienes lo hicieron? ¡Sus propios padres!
Por supuesto, yo entiende PERFECETAMENTE BIEN que aquí habla del acto físico de haberle quitado la vida a sus hijos en nombre o en honor de demonios a los que adoraban.
Pero cabe preguntarse,  cuando los padres disfrazan a sus hijos, para hacerlos participar de una festividad  de origen ocultista y satánica, ¿no están (en términos espirituales) entregando (sacrificando) a sus hijos a los demonios que son adorados en esa fecha?
¿Se complacerá el Dios de la biblia, uno que ha dicho de si mismo que SU Nombre es CELOSO, uno que ha dicho que el reino de los cielos ES DE LOS NIÑOS, que nuestros hijos sean expuestos a una de las principales fiestas del calendario satánico?
En serio vale la pena preguntarse si uno de verdad esta siguiendo al Dios de la biblia. Porque cabe la triste posibilidad de que estemos estar siguiendo a un falso dios, en lugar del Dios verdadero.
Acúsenme de ser grave, pero el Dios de la biblia JAMÁS estaría de acuerdo (ni en juego) con que presentemos nuestros hijos para alguna festividad demoniaca. Él nos manda a dejar que nuestros niños se acerquen a ÉL, no a los demonios.
Si los padres tuviesen para llevar a sus hijos a Cristo, LA MITAD de la disposición que tienen para hacerlos participar en cosas tan macabras como Halloween, no tendríamos que lamentar tantas muertes, delincuencia, drogadicción, embarazos juveniles nos deseados y otras tantas coas que traen dolor y desgracia a las familias.
El Dios de la biblia es Santo, recto, poderoso, fiel, paciente, justo. Él aborrece el mal y las injusticias, es un Dios de luz en quien no hay tinieblas y en contra del cual las tinieblas no pueden prevalecer.
¿Estamos siguiendo a este Dios? Estamos entregando a nuestros hijos al cuidado de ESTE Dios?
Si aún no lo has hecho, de corazón te digo: ¡¡te convendría hacerlo!!   
Author: gabtorar
•12:54

Salmos 16:5 “Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte. 6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad que me ha tocado”.
A cada persona Dios le ha dado una heredad o porción. La porción que cada uno ha recibido está en directa relación con lo que cada cual puede manejar.
Puede suceder que uno no esté muy contento con la porción que le haya tocado, pero Dios, que es más sabio que cualquiera, nos has dado en concordancia con lo que podemos manejar y con aquello que nos conviene.
Así, uno no tiene mucho que ver con lo que se le ha entregado, pero tiene todo que ver con el cómo usar (qué va a hacer con) lo que se le ha entregado.
Las personas suelen quejarse de su condición. Las quejas generalmente vienen en relación con ll que a las personas “les falta”.
Quejarse es una mala costumbre que lamentablemente  es muy practicada. De seguro porque quejarse es gratis, no cuesta nada. Lo que no quiere decir que no tenga costos.
En la biblia hay ejemplos nefastos de lo que producen las quejas continuas. El éxodo de Israel es un claro ejemplo.
Para Dios no resulta agradable tener gente quejándose todo el tiempo. Él no tiene problemas en entendernos cuando le participamos  de nuestras situaciones difíciles  y de nuestros días malos. Dios es sin duda alguna el ser más comprensivo que pueda existir. Tampoco se complica en ayudarnos si se lo pedimos, pero a Él definitivamente no le gusta la gente quejumbrosa. La biblia lo deja muy claro.
Las quejas denotan faltas. Entre otras cosas, falta de gratitud y falta de fe. Dos aspectos que para Dios  son muy importantes.
Él sabe que en lugar de quejarnos podemos buscar SU ayuda. Que en lugar de lamentarnos podemos abrir nuestros labios para alabarle, más allá de lo que estemos viviendo.
De modo que en vez de quejarnos por la porción que nos ha tocado, podríamos escoger acudir ante Él para pedir sabiduría, para pedir Su ayuda a fin de manejar, usar o administrar la porción que nos ha dado.
La mejor porción que alguno pueda recibir no servirá de mucho sino se maneja con sabiduría y prudencia.
Uno puede quejarse del barrio que le ha tocado, de la familia en que ha nacido, de la falta de estudios u oportunidades que ha tenido, de las carencias económicas por las que ha pasado, del cónyuge o los hijos que tiene… ¡Uff! ¡Hay tanto por lo que nos podemos quejar!!
¿Y si en lugar de quejarnos, buscásemos a Dios en relación con esas mismas cosas y personas?
Estimado lector, he observado que mi porción es buena o mala sólo en relación con la porción de otro, cuando vivo mi vida comparándome con los éxitos o fracasos de otros.
No obstante, cuando pienso que lo que tengo, Dios me lo ha dado, sé que Él no se ha equivocado.
Puedo (y quiero) aprender de otros, pero NO necesito la porción de otro.
Dios trabaja de manera particular. Dios se relaciona con individuos, o familias, o congregaciones, por citar algunos ejemplos, y cada individuo, cada familia y cada congregación ha recibido una porción particular, especifica.
De modo que el secreto del éxito, junto con poner de lado las quejas, está ligado con el hecho de entender que la porción especifica que uno ha recibido, ha sido soberanamente designada por UNO que SABE MUY BIEN lo que hace.
Nuestro desafío, radica en buscar al DADOR para que nos enseñe a administrar la DÁDIVA que hemos recibido. Sea mucho o poco “A NUESTROS OJOS”, Dios sabe QUÉ y POR QUÉ ha puesto eso en nuestras manos.
Desde esa óptica, podemos entender por qué Jesús nos envió el Espíritu Santo después de haber ascendido.   
El Espíritu Santo conoce las riquezas en gloria del Señor, conoce Sus promesas y tiene el poder de hacerlas reales para nosotros.
Así que basta de quejas. Dios no responde al sonido de las quejas, pero sin demora se levanta y pelea por nosotros cuando invocamos Su nombre en alabanza.       
Author: gabtorar
•6:16

Proverbios 28:13 “El que encubre sus pecados no prosperará;  mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”.
Dios siempre nos anima a hacer aquello que nos conviene. En algunas ocasiones se ve en la necesidad de tratar temas que no nos resultan muy agradables que digamos. Tal es el caso de este versículo en que Dios nos exhorta a NO ENCUBRIR nuestros pecados. ¿Por qué Dios nos pide eso? Porque sabe que eso es lo que acostumbramos a hacer.
No hay en las personas una inclinación natural de  confesar nuestras faltas o trasgresiones. La realidad es que más bien buscamos maneras de esconder lo malo que hacemos.
Estuve compartiendo en la congregación sobre este problema que veo repetirse con frecuencia entre los cristianos.
Dios nos conoce. Él sabe que una vez que hacemos lo malo somos bombardeados por pensamientos y sentimientos (de culpa, por ejemplo) que nos persuaden a dejar las cosa bajo la alfombra. Creo que esta figura es muy útil. La alfombra puede ser usada como elemento decorativo o de confort, pero debajo de ella ¡pueden esconderse muchas cosas!.
Ella puede convertirse en la cobija perfecta para esconder imperfecciones del suelo, manchas y otros.
En apariencia todo está perfecto pero si por alguna  razón, se levanta la alfombra, puedes descubrir cosas  interesantes que estaban ocultas…  ¡¡debajo de ella!!  
Así a veces pensamos que nuestra vida es una alfombra bajo la cual podemos mantener ocultas nuestras faltas. Olvidamos (y en ciertos casos, ignoramos) que la palabra de Dios ha prometido que no habrá nada oculto que no haya de manifestarse.
Las personas encubren sus faltas creyendo que hacen un buen negocio y no saben que lo hacen para su propio perjuicio.
Dios ha determinado que quien encubre sus faltas no prosperará. Esto significa que no avanzará, se quedará  espiritualmente estancado, detenido. Uno puede escapar a la a cárcel física, a la ley de los hombres pero NADIE puede evadir la ley de Dios. Y esa ley dice que quien peca y encubre sus faltas (en lugar de confesarlas y apartarse) no prosperará. Tal persona quedará presa, cautiva del poder del pecado, será un esclavo espiritual. ¡¡Qué desgracia es vivir en  esclavitud!! ¿Cuántas personas a lo largo de la historia han luchado con la única finalidad de abolir la esclavitud?
Desgraciadamente, el hombre ignora verdades de la palabra de Dios, como esta que dice: “el que pide prestado se vuelve siervo del que le presta”.
Todo “aquel que hace pecado, esclavo es del pecado”, es lo que sentencia la ley de Dios.
Frente a este escenario, cuan dulce melodía es a los oídos la notica de que Cristo haya venido a dar libertad a los cautivos. Esto va más allá de sanar a los enfermos o de resucitar a los muertos o de alimentar a los hambrientos. Él vino a morir por los pecados de la humanidad. Pagó el precio POR nuestra libertad.
Pero semejante bendición es sólo alcanzable mediante la confesión.
Es justo delante de Dios que reconozcamos nuestras faltas contra Él y contra SU ley. Pero una vez que lo hemos hecho así como Él demanda, podemos alcanzar Su misericordia.
No sé que cosas pueda haber ocultas bajo la alfombra de tu vida, pero seguir el consejo de Dios siempre redundará en bien para nuestras almas. La idea de encubrir esas faltas, no vino de Dios, ni siquiera de nosotros mismos. El diablo, al igual que las baratas, odia la luz. Odia ser expuesto, odia que el pecado (mecanismo por medio del cual él se enseñorea de nosotros) sea confesado y abandonado.
Dios quiere darnos la oportunidad de ser salvos del poder del pecado y del mal, pero esa oportunidad no vendrá sin que haya confesión de nuestras faltas y arrepentimiento por las mismas. Por eso nos urge a NO encubrir las faltas.
El diablo, por su parte, desea condenarnos. Él sabe que Dios no pasará por alto Su palabra, que sin confesión no habrá oportunidad y por tanto nos insta a encubrir nuestros pecados (los mismos que él azuzó para que cometiéramos) de modo que Dios NO PUEDA darnos la oportunidad de alcanzar misericordia.
Es paradójico que seamos tan renuentes a confesar lo que debemos y estar tan dispuestos a hablar cosas que ofenden a otros. Cosas que en REALIDAD nos deberíamos guardar.
Author: gabtorar
•10:51

Mateo 7:28-29 “Cuando terminó Jesús estas palabras, la gente estaba admirada de su doctrina, 29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas”.
Una de las cosas que los discípulos de Jesús tenían muy claras, era que su fe les ocasionaría problemas. Podían ver el odio que se levantaba de parte de los religiosos contra Jesús, Se trataba de un odio que no tenía ninguna justificación.  
¿Que por qué odiaban a  Jesús? Básicamente porque las verdades de Jesús les confrontaban e intimidaban. Su mensaje les incomodaba.
Es que Jesús hablaba con autoridad, con una autoridad que solo brinda el practicar lo que uno predica. Estoy plenamente convencido que  predicar no es el principal escollo. El verdadero desafío consiste en predicar con moral, con frutos, porque ello otorga autoridad a nuestra predicación.
En verdad, cualquiera puede predicar, eso no significa que Dios respalde la predicación de cualquiera, pero cualquiera puede vencer el miedo a hablar delante de otros. Pero la gracia del asunto consiste en predicar consistentemente, con poder, con el poder que da la moral de practicar, de estar viviendo  lo que uno predica.
Uno no necesita estar sano para predicar que Dios sana, uno debe hacerlo simplemente porque la Palabra de Dios lo dice, aunque jamás haya experimentado la sanidad divina. Pero el escenario cambia cuando se trata de cuestiones relacionadas con el vivir, con la moral.
Uno no puede levantar su voz contra el pecado, si uno mismo vive en pecado. No se puede hablar de la inmoralidad cuando uno vive en inmoralidad.
Yo jamás osaría decirle a un ladrón (Dios NO ME mandaría a mí a decirle) que debe dejar de robar, si yo mismo vivo robo para vivir.
Hay cosas que a uno lo inhabilitan de poder hablar o actuar, Hay situaciones para las cuales uno tiene tejado de vidrio, es decir, está moralmente incapacitado de confrontar.   
Jesús, por su parte, podía hablar de todos los temas y poner su dedo sobre esas llagas (su idea siempre es para sanar, para arreglar) porque Él estaba libre de pecado. A aquellos hombres que llevaron ante Jesús a una mujer sorprendido en el acto de adulterio, les dijo que Él no se opondría a que la lapidaran,  siempre que estuvieran libres de pecado. SI ellos eran pecadores (y Jesús sabía muy bien que lo eran) no tenían moral (autoridad) para apedrearla.
¿Con cuanta frecuencia abordamos temas sobre los que no tenemos autoridad para hablar?
¿Con qué ligereza uno puede poner en el énfasis en los errores de otros sin llegar a ver los propios?
Le eficacia del ministerio de Jesús no se explica solamente por sus milagros sino por la coherencia existente entre su predica y su vida.
Jesús vivía lo que predicaba. Cada cosa que Él decía a otros era primero verdad en Su vida.
Yo ruego a Dios me permita vivir una vida consistente. Que mi predicación no sea opacada por mis hechos, Que mis actos no desdigan lo que pronuncian mis labios.
Es cierto que Cristo únicamente fue sin pecado, pero no es menos cierto que cada día, nuestro llamado es a ser imitadores Suyos.
Mientras que los escribas por su INCONSISTENCIA se limitaban a recitar las escrituras, Cristo, por su CONSISTENCIA, les demostraba las escrituras. A esto mismo hemos sido llamados por Dios a ser no sólo proclamadores sino demostradores de las verdades divinas. Eso convertirá nuestras predicas muertas, en mensajes vivos y oportunos. Llenos de poder y autoridad.  
Author: gabtorar
•13:36

Mateo 11:28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;”

Para concluir con estas reflexiones en torno al descanso para nuestras almas, hemos establecido que el método establecido por Dios para esto es que llevemos Su Yugo.  
Uno NO piensa que llevar un yugo pueda producir descanso. Francamente un yugo es una forma de esclavitud. Representa un método de sujeción. Nadie piensa que la verdadera paz y el descanso puedan venir de una condición de sujeción, mucho menos a un yugo. 

Nuestro concepto de reposo está más bien ligado con la idea de estar libre y sin ataduras de ninguna índole. 

Así que el pensamiento de alcanzar reposo por causa de llevar un yugo es bastante insólito, casi ridículo. 

Pero ¿de qué yugo hablaba Jesús? Del Yugo de Su doctrina, de Su Palabra, de Su ejemplo. 

Llevar Su yugo significa llevar sobre nosotros Su enseñanza, Su palabra. 
La verdad de la palabra de Dios es la única que tiene poder para libertar. Jesús lo expuso así: “conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Pero para ser libres por medio de la verdad uno debe SUJETARSE a ella. 

NO es el conocer “teóricamente la verdad” lo que liberta sino someterse a esa verdad o conocimiento en el día a día.

En otras palabras, ponerse bajo el yugo de la verdad trae libertad y junto con la libertad viene el reposo.

El punto anterior es lo que a mi juicio diferencia a un discípulo de un religioso. 

El religioso “aprende” lo que dice la biblia, en muchos casos le parece atractivo, lo memoriza, lo repite, incluso lo enseña a otros… ¡¡¡pero no lo vive!!! 

Un discípulo, en cambio, se deja moldear por lo que ha aprendido, lo internaliza, desea poder compartirlo con otros, pero desea ANTES poder vivirlo él mismo. 

Llevar el yugo del Señor, entonces, es vivir de acuerdo a sus enseñanzas. A las que Él pone sobre nuestros hombros. 

Cuando vivimos de acuerdo a Sus enseñanzas comenzamos a experimentar la paz y el reposo que acompañan el hacer Su voluntad.

Jesús llevo sobre sí el yugo que el Padre le dio, de vivir de acuerdo a Su ley. Como resultado, tuvo paz, aun en los momentos más difíciles que cualquier ser humano puede enfrentar. 

Llevar el yugo de Jesús significa hacer o dejar de hacer lo que Él manda, significa vivir sujetos a Sus preceptos. 

Los 10 Mandamientos expresan parte importante de lo que es la voluntad de Dios. Cuando los consideramos y vivimos en regla con ellos, nuestra alma experimenta paz.

Hay personas que cargan con pesos, tristezas, angustias que no entienden por qué están ahí. Miran sus vidas y se dan cuenta que tienen todo (o casi todo) lo que la gente común “promedio” aspira a tener, pero todavía no se sienten satisfechos. 

Hacer la voluntad de Dios produce un gozo inefable, que no se puede definir por medio de las palabras. Es un estado interior de bienestar, de plenitud que ninguna otra cosa puede brindar. Cuando hacemos sostenidamente la voluntad de Dios, nuestra vida se mantiene en este estado de bienestar y plenitud interior.

Las alegrías y buenos momentos “temporales”, pueden traer algún grado de contentamiento, pero sólo hacer la voluntad de Dios trae verdadera paz y reposo. 

Llevar el yugo de Cristo, acatar Su palabra y someternos a Su gentil yugo, traerá descanso, paz y reposo para nuestras atribuladas almas. ¿Has probado esa alternativa?
Author: gabtorar
•18:26

Mateo 11:28  “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;”
Comenzando mi conclusión sobre esta  idea de cómo hallar descanso y verdadera paz para el alma, es importante añadir que en ningún caso esto significa que uno no tendrá vicisitudes en la vida.  Jesús afirmó categóricamente que en el mundo tendríamos aflicciones y las aflicciones de las que habla no se refieren a los problemas que heredamos de tomar malas decisiones o de hacer cosas que están fuera de SU plan, sino a las cosas que vienen por causa de no conformarnos a los patrones que rigen al mundo secular, por decidir poner primero a Dios y Su reino, como lo pidiera el Señor Jesús en el capítulo  6 del evangelio de Mateo.
La ansiedad y angustia en el alma del hombre tiene que ver con el hecho de  que el hombre SABE que existe un ser superior llamado DIOS. Desde luego algunos prefieren eliminarlo de su carpeta de contactos, porque este Dios no encaja con el estilo de vida que les gusta llevar.  Otros, más audaces, se forman “un dios” a su manera, uno que esté en conformidad con ellos, con sus estilos de vida.
Pero aun cuando el hombre hace esto (y otras muchas cosas) SABE  que hay UN Dios, uno verdadero y mientras no tengan una adecuada relación con Él, se verán en la necesidad de intentar llenar ese espacio con muchos sucedáneos de DIOS.   
Algunos buscarán en la realización familiar, personal, social, profesional, etcétera, pero TODOS llegamos al mismo punto: sin una relación  adecuada con Dios (quiero decir EN SUS TÉRMINOS) NO HABRÁ PAZ PARA EL ALMA.
Hay un espacio en el interior de cada ser humano que nace en esta tierra que sólo DIOS puede llenar. No digo que “algún dios” puede llenar  sino que SÓLO EL VERDADERO DIOS puede llenar.
Alguien ha dicho que ese espacio tiene la forma de Jesús.
Esto nos lleva a la importante pregunta ¿Cómo llego a conectarme con este DIOS?
Y en este punto emerge la relevancia de lo que Jesús dijo a quienes le oían.
Ayer me referí al hecho de llevar SU yugo. Él dijo “llevad MI YUGO sobre vosotros y aprended de mi que soy manso y humilde de corazón”.
Primero decir que ser manso y humilde no tiene nada que ver con tener una actitud indolente frente a las injusticias. Jesús no la tuvo. Él protestó CONTRA los religiosos, por ejemplo.
Volcar las mesas, echar fuera del templo a los cambistas y tratarlos de ladrones, no fue un acto que pudiéramos llamar precisamente de humildad o mansedumbre. Seguro que muchos se quedaron boquiabiertos con esa performance del Señor.
No era la actitud que generalmente tenía Jesús pero la situación ameraba tal clase de respuesta de parte Suya.
Había gente allí que debía ser confrontada por su mediocridad, sinvergüenzura y descaro. El Señor no trepidó en hacerlo. Nosotros tampoco deberíamos.
Pero con toda esa actitud fuerte y confrontacional,  alguno ¿podría poner en duda que Él era humilde y manso en SU CORAZÓN?  No lo creo.
Eso es lo primero lo segundo es  ¿Cuál es ese yugo?
Creo no equivocarme al decir que el Yugo del que habla es SU DOCTRINA. La cual plasmó toda  SU vida, SU ejemplo. Trataré sobre este punto  en la última parte de esta reflexión. ¡¡Dios les bendiga!!
Author: gabtorar
•7:40

Mateo 11:28  “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;”
Ayer compartí que lo que trae verdadera paz al alma es llevar el yugo del Señor.
La invitación de Jesús es para todos los que están trabajados y cargados. Su invitación es para hacerlos descansar.
Pero ese descanso no viene como muchos de nosotros pensaríamos.
Nuestra mentalidad es más o menos la siguiente. “Si Él es Dios y Dios todo lo puede, entonces quiero que Él me quite esta angustia que tengo y me haga sentir bien. Para eso solo necesito un toque Suyo. Entonces que me lo de y todo andará bien. Tendré la paz que necesito”.
Pero para desconcierto de algunos, ese no es el método que Jesús ofrece para darnos esa anhelada paz que  tanto necesitamos.
Él no ofrece UN ACTO que conduce a la paz, sino UN CAMINO, uno en el que la paz viene como resultado no de un toque de la varita mágica de Dios sino del ordenamiento de nuestras vidas en conformidad con Su Palabra.
Jesús habla del yugo. Uno no está del todo familiarizado con lo que es un yugo porque no somos gante de campo.
El yugo es puesto sobre los bueyes. La costumbre es poner juntos a 2 bueyes (una yunta). Uno de ellos es un buey viejo, mientras que el otro es más joven en edad.
Esta es una combinación estratégica en la que el buey viejo representa la madurez. Este RECIBE (acepta)  el yugo, es decir, se SUBYUGA sin problemas. El buey joven, por su parte, lucha para no ser enyugado.
¡¡Que descriptiva es esta figura de lo que pasa en la vida!!
Las personas maduras (mayores) han aprendido a no luchar contra los yugos. La vida les ha enseñado que los yugos no son tan malos como parecen después de todo.
El buey viejo sabe que al final de la jornada de trabajo habrá comida, agua y descanso.  ¿A qué más puede aspirar un buey en su vida?
El buey joven (así como la gente joven) se siente dueño del mundo, del destino de su vida. Hay tantos sueños, anhelos,  y lo mejor de todo hay fuerza, mucha fuerza para lograr esos anhelos.  Ese yugo (para él) representa un enemigo, uno que le impedirá lograr los objetivos que tiene para su vida. 
Por supuesto, se requiere la madurez de la experiencia para entender que la fuerza, por si sola, no basta.
Siente que tiene la fuerza para romper los esquemas y derribar todos los sistemas que subyugan.       
Pero el buey viejo sabe como funcionan las cosas, lo ha aprendido.  Alguna vez fue joven y tuvo las mismas luchas, pero aprendió.
La vida, las heridas producto de sus forcejeos con el yugo, le enseñaron. Y ahora baja su cabeza para recibir el yugo de su amo.
¿No te parece interesante que Jesús, pudiendo haber usado muchos otros ejemplos,  haya usado esta ilustración del yugo para hablar de lo que realmente nos conduce a la paz?
No solo eso, añadió que junto con el yugo debíamos aprender a ser como Él, mansos y humildes  corazón
¿No te hace pensar en el buey viejo?
La mansedumbre y la humildad son por lo general características de aquellos que han vivido y han sacado provecho a la vida. Que han aprendido de las lecciones de la vida.
No hay nada más triste que encontrarse con un hombre viejo y soberbio.
Eso dice que los muchos años que ha vivido sobre esta tierra, no le han servido de nada, que no ha aprendido nada de lo que realmente es importante.
¿A quién se le hubiera ocurrido que el camino a la paz es aprender a someterse a los designios divinos y cultivar una actitud mansa y humilde?
¡¡Dios NO deja de sorprenderme!!
Continuará…   
Author: gabtorar
•8:46

Mateo 11:28  “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;”
Las personas hacen toda clase de cosas por encontrar paz. Desde seguir métodos orientales hasta la ingesta de ciertos medicamentos, hay una tremenda necesidad por hallar paz. Pareciera como si ella (la paz) huyese de nosotros.
Hay que reconocer que los problemas (principales responsables de robarnos la paz) vienen sin que los llamemos.
Tú te despiertas contento del regalo que Dios te da de estar vivo y a poco de haber empezado el día, recibes un llamado de algún acreedor que te recuerda que tienes compromisos pendientes con él.
De algún modo eso interfiere en la paz que tenías cuando recién abriste los ojos.
Hay otros casos mucho más tristes en que las personas derechamente NO DUERMEN, no logran descansar pensando en los problemas (deudas, conflictos y otros) que tienen sin poder resolver.
¿Quién no ha pasado por ahí alguna vez? Se sintió feo ¿verdad? Pero esa mala experiencia junto con habernos dejado importantes enseñanzas, nos permite ser empáticos con quienes están viviendo lo mismo.
De cualquier modo hay muchas cosas que quitan la paz mientas que UNA SOLA trae paz verdadera y permanente a nuestras vidas.
Las pastillas y medicamentos pueden traer descanso al cuerpo. Pueden ayudar en el sentido que nos ponen a dormir, pero no tienen efecto alguno sobre el epicentro de nuestro problema que está en EL ALMA.
Jesús sabe que el cuerpo es una cosa y el alma otra muy distinta.
Es una pena que vivamos, por una parte, tan atentos a las necesidades del cuerpo, y por otra, tan ajenos a la del alma.
Dios no le asigna al cuerpo la misma importancia que al alma. Él mismo dice que “no debemos temer a lo que pueden matar el cuerpo sino a quien tiene poder para destruir el alma”. Esto debe hacernos pensar.

Cualquier persona honorable sentirá algún grado de  angustia cuando no tiene el dinero que necesita para cumplir con sus compromisos financieros. Inquieta saber que tenemos una deuda  que no podemos pagar.
El ser humano no se da cuenta pero tiene una tremenda deuda con Dios Su Creador. El alma del hombre sabe que está en deuda con el Creador, porque no le ha reconocido ni tenido presente como es debido. Porque ha decidido vivir a su antojo, ajeno a las demandas y principios divinos. Eso ANGUSTIA EL ALMA.
El hombre decide vivir lejos de Dios y esto abre inmediatamente la opción al enemigo de Dios (el diablo) para venir a hacer de esa vida, un desastre en términos espirituales.
Muchas personas no sienten que tengan deuda con Dios porque se consuelan pensando que no han matado a nadie, que hacen todo el bien que pueden, que no son malos en resumen. Pero cuando contrastamos esas buenas intenciones con los mandamientos de Dios… nos damos cuenta de cuan endeudamos estamos con Él.
El exige una vida muy distinta a la que nosotros le ofrecemos. No es raro que tengamos tantos problemas cuando vivimos la vida que Él planeó de maneras tan distintas a Su plan.
Dios planeó vidas que funcionan, pero funcionan siempre y  cuando uno se ciña al plan.
Dios ha hecho preparativos tanto para lo largo del camino y como para cada momento del camino.
Lo que uno necesita, Él ya lo consideró, pero no vendrá a nosotros si transitamos por la vereda del frente de Su propósito, mucho menos lo veremos si andamos en un barrio equivocado.
¿Cuál es ese secreto tan buscado por las gentes de este tiempo, que asegura paz verdadera a las almas de los hombres?
Jesús lo expuso así: “Llevad MI YUGO sobre vosotros”
Lo único que traerá paz verdadera será ponernos voluntariamente BAJO EL YUGO EL SEÑOR.
¿Y cuál es ese YUGO?  ¡¡Su Palabra, Su Doctrina!!
Para saber más, lee el devocional de mañana.