Author: gabtorar
•8:26

Apocalipsis 4:11: Señor, digno eres de recibir la gloria y la HONRA y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Cada cosa que Dios menciona en Su Santa palabra es importante. La biblia es en efecto algo así como el Manual de Dios para nosotros sus criaturas.

Cuando atendemos a los principios que establece la Biblia vemos que ellos producen un muy buen efecto sobre nuestra vivir, resultamos favorecidos.

Dios ha dejado instrucciones para cada área de la vida. La vida sería algo mucho mejor de lo que ya es, si atendiéramos al Señor, si en lugar de actuar por nuestra cuenta, nos moviéramos en base a Su Consejo. 

Un elemento ausente, el cual veo necesario resaltar es el de la honra.

Vivimos en una época en que la honra (honor) no tiene gran valor para una gran cantidad de personas. 

Atrás quedaron los tiempos en que la palabra de alguien era más que suficiente para sellar un compromiso, un negocio o una relación.
En nuestra torcida época, las personas más bien manipulan las palabras para evadir compromisos, para evitar tener que hacerse cargo de sus responsabilidades.  Todo ello es un asunto de honor. 

La biblia dice que Dios es digno de toda gloria y honra.

Honra se define como: “buena opinión, estima y respeto, reconocimiento de la virtud y méritos de una persona”.

Dios es sin lugar a dudas digno de ser reconocido por sus virtudes y méritos. Aunque hay personas que intentan culpar a Dios por las desgracias de la humanidad, la gran mayoría es capaz de ver y entender que Dios es el más digno de ser respetado y estimado. 

El llamado de Dios es a que honremos a quienes merecen este reconocimiento. Uno vive apurado y a veces pasa por alto reconocer el mérito o virtud de lo que las personas que están alrededor. Hablo de reconocerles por lo que hacen y pero también por lo que son.

Uno olvida dar honra a los padres o a los hijos, por ejemplo. Ellos son merecedores de nuestro respeto. Honrar es también una muestra de respeto. 

El respeto es uno delos tantos valores (cristianos) perdidos en nuestro tiempo. 
Honrar es una manifestación de amor, pero también de humildad. Dios se agrada de las personas que tienen un corazón humilde, que quienes tienen la capacidad de reconocer las virtudes y la grandeza de los demás.

Hacemos una gran injusticia cuando pasamos por alto darle honra a quienes lo merecen.
A Dios le agrada el respeto. A nosotros nos agrada el respeto, y aunque siempre lo exigimos, no siempre estamos igualmente dispuestos a darlo. 

Honrar a otros nos prepara para recibir honra y otra vez nos encontramos aquí con el principio que dice “todo lo que siembres, ESO cosecharás”.

Dios nos motive a honrar a nuestro cónyuge (si lo tenemos), hijos, parientes, vecinos, amigos… en resumen, al prójimo. 

Dios dice en Su palabra que no perderé, mi recompensa si yo entrego honra, servicio, respeto a alguno. 

Empecemos a honrar a quien lo merece, y por supuesto, partamos con Aquel de que debería estar al tope de la lista, nuestro amado y digno Señor y Salvador.

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