Author: gabtorar
•7:57

Mateo 7:11 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”
Necesitamos aprender a recibir
Uno desea recibir pero rara vez se da cuenta que necesita tener capacidad para poder recibir.
Los procesos que Dios nos permite vivir nos preparan para RECIBIR lo que ÉL nos quiere dar.
Yo podría ser un magnate pero con todo eso no puedo darle un vehículo a mi hija de 3 años porque ella no está preparada para recibirlo. Podría tenerlo a disposición, subirse, jugar en él, ensuciarlo, pero no sacaría el verdadero ni máximo  provecho de él, hasta que tener la capacidad (madurez) para ello.
Uno generalmente piensa que para recibir requiere fe solamente. Indudablemente la fe es esencial, porque sin fe es imposible agradar a Dios. Dicho de otro modo, sin fe no es posible recibir algo de Dios.
Y Dios efectivamente se agrada de quienes le creen, de quienes actúan confiando en Él.
Pero entiendo que la razón por la que muchas veces pedimos sin recibir lo que pedimos es porque no estamos preparados para recibirlo.
Un padre desea darle todo lo mejor que puede a sus hijos. Un padre amoroso y preocupado no escatima en gastos cuando se trata de sus hijos. Eso en el contexto de esta vida. ¡¡Imagínate con Dios!!
Él no tiene un presupuesto estrecho ni “meses malos” como ocurre con nosotros. Él tiene todo a disposición. Es DUEÑO DE TODO y como si fuera poco PUEDE TODO.
Pero aun un Padre TODOPODEROSO como el nuestro se ve impedido de darnos TODO lo que quiera HASTA que vea en nosotros la madurez, la capacidad de recibirlo.
¡¡Qué gran necesidad tenemos de ser gente espiritualmente madura!!
Israel perdió todas las bendiciones de esa tierra bendecida por la mano de Dios por no tener madurez, por no estar dispuestos a recibir TODO lo que Dios ponía por delante.
Uno quiere las bendiciones pero se rehúsa a atravesar por los desiertos. No entendemos que el desierto es la antesala a esa tierra que fluye leche y miel.
Así para recibir no sólo se necesita pedir, hay que tener la capacidad para recibir lo que uno pide, y en eso los procesos, las luchas, pruebas y dificultades tienen un glorioso propósito.
Esto hace más fácil entender por qué a los que amamos a Dios TODAS  las cosas nos ayudan a bien.
ÉL está dispuesto a dar cosas buenas a los se lo pidan. Pero ¿estarán ellos listos para recibirlas?  
|
This entry was posted on 7:57 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.