Author: gabtorar
•9:12

Juan 11:39 “Dijo Jesús: Quitad la piedra…”
Sin duda alguna, todos desearíamos  poder ver milagros y hechos extraordinarios realizados por el Poder de Dios.
¿Has sido alguna vez testigo de un milagro de salud? ¿Has tenido la oportunidad de conocer a un sordo que haya recuperado el oído o a un ciego que haya recuperado la vista? ¿Conoces algún enfermo que haya sido sanado de su  enfermedad?
¡¡Es realmente  maravilloso cuando los milagros y sanidades divinas son tan evidentes que aun la ciencia médica da testimonio de ellos!!
Conozco algunos pacientes desahuciados  por la medicina que por la intervención divina, siguen vivos y con mucha fuerza y vitalidad.
Ver milagros es algo que todos desearíamos. Pero ¿no sería aun más maravilloso experimentarlos?
Los milagros están aun disponibles para la gente que tiene fe en el poder de Dios.
Si buscas un poco, seguramente hallarás que tu vida necesita un milagro en alguna área específica.
Es bueno saber que Dios sigue teniendo la facultad de hacer cosas poderosas y sobrenaturales. Cosas que exceden la capacidad del hombre y que sobrepasan la razón.
Tal es el caso de lo sucedido con Lázaro. Este hombre era conocido por ser cercano a Jesús. Tanto él como sus hermanas gozaban de amistad con el Señor Jesucristo.
Cierto día Lázaro enfermó y producto de esa enfermedad perdió la vida. Cuando ya tenía 4 días de muerto, Jesús apareció en escena para resucitarle.
Marta, la hermana de Lázaro, argumentó con el Señor sobre el hecho de que su cuerpo ya expedía mal olor. Era su cuarto día de fallecido y obviamente estaba en franco proceso de descomposición.
No obstante, Jesús le dijo que si creían verían la gloria, el poder de Dios en acción.   
Pero había “un pequeño” escollo. Él cuerpo inerte de Lázaro yacía en una tumba que se encontraba tapada por una piedra.
Entre el milagro de Dios y ellos, había una gruesa y pesada piedra que debía ser removida para que se efectuara el milagro.    
Para mi esa piedra representa la incredulidad con la que todos chocamos cuando buscamos un milagro de Dios.
Antes de que Dios pueda hacer algo poderoso en nuestras vidas, siempre la piedra de la incredulidad ¡¡debe ser removida!!
Todos tenemos una piedra que remover, una que impide que veamos la gloria de Dios en nuestra vida.
Esa piedra representa los obstáculos, que ya sea, nuestra propia naturaleza caída o el engaño del diablo, interpone  entre nosotros y lo que Dios es capaz de hacer por nosotros.
Debes saber que entre el propósito glorioso que Dios trazó para tu vida y tú, habrá piedras que remover.
Cuando tu remueves las piedras, Dios se mueve a tu favor.
Él está ahí pero no se mueve hasta que nos ve movernos hacia Él en fe. Ese paso de fe es indispensable porque recuerda que sin fe es IMPOSIBLE agradar a Dios.
Así que, no importando la índole o naturaleza del milagro que necesites, sea la salud de alguien, una relación que parece irremediablemente rota, un milagro en el área de tus finanzas o lo que sea ¡¡Dios puede hacerlo!!
Pero para ello, demandará de ti un paso en fe, que le pierdas el miedo a esa piedra, a su peso o tamaño, y  te atrevas a quitarla del camino.
No es trabajo de Dios quitar la piedra, eso puede hacerlo uno en lo natural, pero cuando lo hacemos, despejamos el camino para que Dios haga el milagro, para que haga aquello sobrenatural que sólo alguien como Él puede hacer.
¡¡Bendito seas Dios!! Gracias por los muchos milagros que ya has hecho en nuestras vidas y por los muchos más que todavía harás
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