Author: gabtorar
•9:18

Hebreos 12:2 “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.
Pocas personas tienen tan claro cual es su propósito en la vida como Jesús.
Aun antes de nacer, el ángel anunció a quien sería su madre que ÉL salvaría al pueblo de sus pecados.
Aunque desconocemos detalles  de lo sucedido en la vida de Jesús en su desarrollo al pasar por las etapas desde la niñez hasta la vida adulta, podemos estar seguros que sus padres terrenales siempre orientaron en pos de las metas celestiales que había para Él.
Tanto María como José tenían claro que Jesús tenía un propósito definido de ser. Y con toda certeza podemos aseverar que se esmeraron por hacer que Jesús se mantuviera dentro de los parámetros del Padre.  
Ayer decía, por una parte, que necesitamos metas en la vida, y por otra, que esas metas nos ayudan a mantener el enfoque.
¡Que beneficioso resulta cuando uno sabe hacia donde se debe dirigir! Ello permite sacar mayor provecho de los recursos disponibles, como son tiempo y dinero.
Por crudo que pueda sonar, Jesús nació para morir. Esa era su realidad y Él la tenía muy internalizada  porque se lo dijo a sus discípulos en más de una ocasión.
Todos moriremos algún día (por eso es importante resolver el asunto de donde pasaremos la Eternidad, si con Dios o sin Él), sin embargo Jesús nació PARA MORIR.
El versículo dice “por el gozo puesto DELANTE sufrió la cruz”.
¿Cuál era ese gozo puesto DELANTE de Él? Curiosamente ese gozo estaba vinculado con Su misión de dar la vida.
Es difícil pensar que morir pueda llegar a convertirse en una instancia gratificante, pero el ejemplo de Jesús nos muestra que si lo es.  
Si el ángel anunció a María que Jesús sería “el salvador”, entonces con seguridad ese gozo se refiere al hecho consumado de la salvación de aquellos que vendrían a Él, tanto, por las obras de Él, como por el testimonio de los discípulos  Suyos.
La cruz fue una instancia de mucho sufrimiento, quebranto  y dolor para Jesús, pero ÉL la atravesó con la mirada puesta en el GOZO que habría DESPUÉS de la cruz.
Estoy totalmente persuadido que Jesús sigue recibiendo dividendos  de gozo cada vez que alguno ENTRA en SU salvación.  
Cada vez que gente se reúne en SU nombre, para reconocerle, seguirle, amarle, servirle, ¡¡SU corazón se llena de gozo!!
Esas vidas son el fruto de SU aflicción. Esas vidas son la evidencia que Su sufrimiento no fue en vano.
Es como la madre que al dar a luz “olvida”  los dolores del parto por el gozo de tener esa nueva vida entre sus brazos.
NO me cabe duda que esa vidas son el gozo puesto DELANTE (más allá) de la crueldad) de la cruz.
Si la cruz representa amargura para el Señor, esas vidas rescatadas del dominio y opresión del mal, representan la dulzura de la mielen SU paladar.  
Deberíamos armarnos de este pensamiento para enfrentar nuestros propios períodos de aflicción.
Después de una tormenta, por desoladora que sea, SIEMPRE sale el sol
¡¡Atraviesa tu sufrimiento con la mirada puesta en el gozo!!
Cruza tu desierto mirando el oasis, sufre el oprobio de este mundo teniendo en mente la gloriosa recompensa del mundo venidero.
Así como a la noche, sigue siempre el día, al sufrimiento de Cristo le siguió el gozo de tener un pueblo, una iglesia que lo reconoce y aclama.
Nuestra salvación de las almas, sin duda es un objetivo de largo plazo, por el cual Cristo se sacrificó, por el cual vale la pena trabajar.
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