Author: gabtorar
•8:46

Mateo 11:28  “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;”
Las personas hacen toda clase de cosas por encontrar paz. Desde seguir métodos orientales hasta la ingesta de ciertos medicamentos, hay una tremenda necesidad por hallar paz. Pareciera como si ella (la paz) huyese de nosotros.
Hay que reconocer que los problemas (principales responsables de robarnos la paz) vienen sin que los llamemos.
Tú te despiertas contento del regalo que Dios te da de estar vivo y a poco de haber empezado el día, recibes un llamado de algún acreedor que te recuerda que tienes compromisos pendientes con él.
De algún modo eso interfiere en la paz que tenías cuando recién abriste los ojos.
Hay otros casos mucho más tristes en que las personas derechamente NO DUERMEN, no logran descansar pensando en los problemas (deudas, conflictos y otros) que tienen sin poder resolver.
¿Quién no ha pasado por ahí alguna vez? Se sintió feo ¿verdad? Pero esa mala experiencia junto con habernos dejado importantes enseñanzas, nos permite ser empáticos con quienes están viviendo lo mismo.
De cualquier modo hay muchas cosas que quitan la paz mientas que UNA SOLA trae paz verdadera y permanente a nuestras vidas.
Las pastillas y medicamentos pueden traer descanso al cuerpo. Pueden ayudar en el sentido que nos ponen a dormir, pero no tienen efecto alguno sobre el epicentro de nuestro problema que está en EL ALMA.
Jesús sabe que el cuerpo es una cosa y el alma otra muy distinta.
Es una pena que vivamos, por una parte, tan atentos a las necesidades del cuerpo, y por otra, tan ajenos a la del alma.
Dios no le asigna al cuerpo la misma importancia que al alma. Él mismo dice que “no debemos temer a lo que pueden matar el cuerpo sino a quien tiene poder para destruir el alma”. Esto debe hacernos pensar.

Cualquier persona honorable sentirá algún grado de  angustia cuando no tiene el dinero que necesita para cumplir con sus compromisos financieros. Inquieta saber que tenemos una deuda  que no podemos pagar.
El ser humano no se da cuenta pero tiene una tremenda deuda con Dios Su Creador. El alma del hombre sabe que está en deuda con el Creador, porque no le ha reconocido ni tenido presente como es debido. Porque ha decidido vivir a su antojo, ajeno a las demandas y principios divinos. Eso ANGUSTIA EL ALMA.
El hombre decide vivir lejos de Dios y esto abre inmediatamente la opción al enemigo de Dios (el diablo) para venir a hacer de esa vida, un desastre en términos espirituales.
Muchas personas no sienten que tengan deuda con Dios porque se consuelan pensando que no han matado a nadie, que hacen todo el bien que pueden, que no son malos en resumen. Pero cuando contrastamos esas buenas intenciones con los mandamientos de Dios… nos damos cuenta de cuan endeudamos estamos con Él.
El exige una vida muy distinta a la que nosotros le ofrecemos. No es raro que tengamos tantos problemas cuando vivimos la vida que Él planeó de maneras tan distintas a Su plan.
Dios planeó vidas que funcionan, pero funcionan siempre y  cuando uno se ciña al plan.
Dios ha hecho preparativos tanto para lo largo del camino y como para cada momento del camino.
Lo que uno necesita, Él ya lo consideró, pero no vendrá a nosotros si transitamos por la vereda del frente de Su propósito, mucho menos lo veremos si andamos en un barrio equivocado.
¿Cuál es ese secreto tan buscado por las gentes de este tiempo, que asegura paz verdadera a las almas de los hombres?
Jesús lo expuso así: “Llevad MI YUGO sobre vosotros”
Lo único que traerá paz verdadera será ponernos voluntariamente BAJO EL YUGO EL SEÑOR.
¿Y cuál es ese YUGO?  ¡¡Su Palabra, Su Doctrina!!
Para saber más, lee el devocional de mañana.
|
This entry was posted on 8:46 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.