Éxodo 3:2 “Y se le
apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él
miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué
causa la zarza no se quema”.
Moisés estaba
pastoreando las ovejas de su suegro Jetro cuando fue sorprendido por algo que
vio: “una zarza que ardía pero que no se consumía”. Debió haber sido todo un
espectáculo.
Era de hecho, algo
realmente sobrenatural y atípico. Algo así, sobrepasaba todos los parámetros del
sentido común y de la ciencia.
Resumiendo la
idea, esa zarza que ardía sin consumirse fue sin duda algo pro medio de lo cual
supo llamar la atención de este pastor.
El relato bíblico
añade que Moisés se acercó para ver la visión. De ahí quedo capturado por el
Señor y Su propósito de liberar a Su pueblo que servía a faraón bajo el yugo de
esclavitud.
¡¡Es que Dios sabe
como llamar nuestra atención!!
Por lo general uno
está demasiado ocupado para responder a las amables invitaciones
que el Señor nos hace de participar con Él y ser instrumentos en
la realización de Sus planes.
No es raro que las
personas ni siquiera sospechen que Dios las creó para cumplir
propósitos que tienen valor eterno.
Uno se afana tanto
en el “aquí y ahora” que pierde totalmente de vista el hecho que la vida no
termina aquí. Esta vida es apenas la antesala a la vida eterna,
que es la más importante.
Dios es semejante
a un caballero que con gentileza nos invita a participar con Él.
Lo que Él tiene en
mente es hacernos bien, pero también usarnos como instrumentos para el bien de
otros.
Ese es otro
aspecto que usualmente perdemos de vista. La mentalidad imperante en el mundo
secular es que uno debe pensar en su propio bienestar, mientras que la
mentalidad de Cristo es que debemos TAMBIÉN pensar en los demás.
En eso se resume
la ley de Dios, en amar al prójimo como a uno mismo, en querer hacer al prójimo
el mismo bien que uno desea para si.
Lo cierto es que
Dios sabe llamar nuestra atención. Dios es un ser excepcional. Y no debe
extrañarnos que un ser excepcional sea capaz de hacer cosas
excepcionales.
Muchas de las
maravillas que Dios hace, junto con demostrar el gran poder que Él tiene, sirven
para atraer nuestra atención a Él. Él hace prodigios y maravillas. Él da señales
y hace milagros por medio de los cuales hace patente Su grandeza y potestad.
Y por medio de esos mismos hechos sobrenaturales,
captura también nuestra atención.
¡Cuanto me alegra
saber que los recursos del poder de Dios son ilimitados!
En mi caso
personal, Él supo capturar mi atención.
Mis ojos, ideas y
planes no giraban para nada en torno a Dios. Mis proyectos no
estaban ni remotamente cerca de los Suyos. Me avergüenza reconocer que Dios no
ocupaba ni un 1% de mi mente. ¡¡Ni hablar de mi corazón!!
Pero Él supo
capturar mi atención. Yo estaba ocupado para responder al llamado de Dios. Estoy
seguro que me llamó muchas veces, pero recuerdo de modo particular, que me llamó
gentilmente por medio de una visión que le entregó a mi padre.
Permitió la
instancia para que él me hablara de esta visión, pero yo no quise escuchar. Me
excusé diciendo que no tenia tiempo, que estaba ocupado, que tenia
prioridades (por supuesto, Dios no estaba entre ellas). Y aunque
Dios me dio la opción de responder tan gentilmente como Él me estaba invitando…
yo fui un desconsiderado, un roto, un mal agradecido.
Le di la espalda,
pero Él supo poner SU Gran y Bendito dedo sobre la llaga
precisa.
No es momento de
compartir los por menores, sólo puedo decir que “de
no tener tiempo para Dios ahora LITERALMENTE vivo para servirle a Él y a Sus
propósitos”.
Eso, porque Él
supo llamar mi atención. Supo llegar a mi corazón. Supo llenar mis
pensamientos y ahora sólo quiero lo que Él quiere.
Tal vez estés
angustiado por alguien que “no tiene tiempo para Dios”. No dejes de orar y creer
que Él es poderoso para hacer lo necesario con tal de llamar su atención.
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