Author: gabtorar
•9:49

Jeremías 17:9 Engañoso es el corazón MÁS QUE TODAS LAS COSAS, y perverso; ¿quién lo conocerá?

El tema de la confianza se ha vuelto “el tema del momento” en nuestros días.

Las estructuras en las sociedades están cambiando debido al hecho que las sociedades ya no confían en quienes les representan.

Cuando los líderes fallan en representar a los grupos que los siguen, pierden el apoyo y la confianza de estos.

Podemos perder dinero y recuperarlo, podemos perder tiempo y de alguna manera compensarlo, pero cuando se pierde la confianza, ésta es muy difícil de recuperar.

Dios nos permite llegar al lugar en que nos damos cuenta que hay

Cosas personas y estructuras que no son dignas de confianza, porque no son confiables.

El hombre tiene el potencial de confiar.

Muchas personas, no obstante, confían en lo que no les conviene. Algunos confían en sus riquezas, otros en sus posiciones y otros en sus posesiones.

Desafortunadamente, las cosas anteriormente mencionadas pueden cambiar en un momento. Hay unas pocas cosas que no cambian. La Palabra de Dios es una de ellas.

El hombre que confía en Dios es bandito. Confiar en Dios es descansar en Él, es reposar en Él.

El hombre que confía en Dios es bendecido. Hay bendiciones sobre la persona que CREE a Dios.

Estar bendecido es sinónimo de estar vivo. Es asimismo contar con el favor divino.

El cielo no se abre por suerte. El cielo se abre cuando entramos en el orden de Dios.

El hombre es bendito por causa de Cristo. El hombre alcanza gracia en Cristo.

Nuestras oraciones son respondidas en el nombre de Cristo. Nuestras vidas son bendecidas cuando entramos en el orden de Cristo. Cuando en lugar de solo vivir con alguien abrazamos el matrimonio. O cuando en lugar de quejarnos por las cosas que no tenemos, aprendemos a ser agradecidos por las cosas que Dios nos da. Cuando hacemos eso, somos bendecidos, porque esas son maneras de mostrar nuestra confianza en Dios.

Es bendecido aquel que confía en Dios y que cree a Dios.

Pero el Señor sabe algo. Él conoce a los hombres y sabe que los hombres son movidos por su corazón. Él sabe que somos movidos por sentimientos que tenemos y que tienen su origen en el corazón. Y Dios, como nadie más ¡¡conoce los corazones!!

Dios dice que el corazón es engañoso, más que todas las cosas, y perverso.

¿Cómo lo sabe? Bueno, porque Él escudriña la mente y prueba el corazón

A menudo vivimos cosas que prueban lo que hay en nuestros corazones.

Es por medio de las circunstancias (buenas y malas, no sólo adversidades) que Dios descubre donde está nuestro corazón. Qué hace y cómo responde.

El corazón nos consuela tratando de justificar aquello que no tiene justificación. Intenta absolvernos de nuestra real responsabilidad diciendo: “no creo que a Dios le moleste o importe que haga esto o deje de hacer aquello, después de todo, yo hago más que tal o cual persona”.

¿Quién es digno de nuestra confianza, Dios o nuestro propio corazón? ¿A quién deberíamos darle el derecho de guiar nuestros pasos?

La respuesta es bastante clara ¿no? ¡¡Bendito es el hombre que confía en el Señor!!

Author: gabtorar
•10:35

Mateo 11:12 “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”

Llama mi atención darme cuenta que a veces uno tiene un concepto de si mismo o de la cosas que no se ajusta a la realidad. Sucede respecto al tema de la fe.

Generalmente pensamos que tenemos fe. De hecho, todas las personan tienen un grado de fe. Los grados de fe (cuan madura sea esa fe) difieren de persona en persona, pero en términos generales, podemos decir que todos tenemos fe en alguna medida.

Por supuesto, algunos usan esa fe mientras que otros viven como si no la tuviesen. Pero me sorprende darme cuenta que a veces la fe que uno cree tener no es tal.

En ocasiones pensamos que estamos logrando grandes cosas en Dios.

Hablamos a otros de Su grandeza, declaramos Su poder, testificamos de las cosas maravillosas que Dios, en efecto, es capaz de hacer. Algunas personas al oír la convicción con la que hablamos, incluso piensan “me gustaría tener tal confianza”. Pero cuando llega el momento de creer para nosotros mismos, no mostramos la misma convicción.

Este pensamiento viene a causa de cosas que yo veo y escucho.

El por qué algunos creyentes se atreven a creer a Dios por cosas grandes y otros no, es algo en lo cual deberíamos meditar.

Dios es el mismo para todos pero no todos somos iguales con Dios. No todas las personas confían en Dios o creen en Dios como podrían o deberían. Digo esto pensando en mi mismo.

La razón por la que algunas personas logran metas en Dios es en primer lugar porque se las proponen y en segundo lugar porque creen a Dios.

Dios encomendó a Noé la construcción de un arca y sabemos que Noé respondió haciendo lo que Dios le pidió, construyendo el arca. Me pregunto si yo hubiera respondido de la misma forma. Honestamente ¿lo hubieras hecho tú?

Me alegra que Dios no necesite construir arcas todo el tiempo, pero ese fue un desafío de fe para Noé.

Dios nos desafía en fe en cosas relevantes para nuestro tiempo y pienso que muchas veces nuestra respuesta no es la que Él espera.

Me atrevo a decir que la fe que mostrarnos no es la que podríamos y estoy seguro que Dios quiere llevarnos al cien por ciento de lo que tenemos. Los tiempos en los que vivimos demandan de gente con una fe viva y activa, no de teologías sobre la fe, sino de hechos que hablan de esa fe.

Los apóstoles mostraron su fe por medio de sus obras. Los tiempos han cambiado pero la necesidad de gente que se mueva en fe no.

A veces nos molesta ver que otros prosperan y avanzan en el Señor pero ellos lo hacen porque realmente usan lo que Dios les ha dado.

Cada vez que Dios nos encomienda algo no sólo nos da el mandato, junto con él nos da el poder para hacerlo, pero la llave de acceso a ese poder es la fe.

Cuando veo a otros dar pasos que sé que yo no me hubiera atrevido a dar, me doy cuenta que no estoy viviendo en la fe que debería, que no tengo la fe que pensaba.

Yo pienso que en mi propia vida necesito una fe más activa, más valiente, una fe que arrebate el reino de los cielos.

¿No la necesitas tú?

Author: gabtorar
•19:00

Santiago 1:12 “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”.

Ayer refiriéndome brevemente al tema de la tentación, sentí que quedó algo por terminar.

Mencioné que la obediencia es la herramienta por medio de la cual obtenemos victoria sobre la tentación. Pero aun para obedecer necesitamos una poderosa motivación. Y el mismo texto ofrece la motivación para resistir la tentación.

Por su supuesto, lo más sencillo es dejarnos por las tentaciones que viene a nosotros. Lo complicando es resistir. Una persona no estará dispuesta a resistir sino tiene una fuerte motivación para hacerlo. El verso dice que Dios dará la corona de la vida a los que le aman. ¿Qué está diciendo? Que sólo quienes le aman resistirán la tentación. Ellos tendrán la motivación correcta que lleva a resistir

La razón por la que Jesús resistió las tentación se explica claramente en su amor por el Padre.

Uno piensa las cosas al menos un par de veces cuando sabe que aquellos que ama pueden verse afectados por lo que hace.

Una persona que ama al Señor de todo corazón preferirá cualquier clase de auto negación antes que dañar el corazón de su Dios.

No hay mayor motivación para hacer cualquier cosa que el amor.

Todo lo que Cristo hizo ¿no salió de un corazón lleno de amor por la humanidad?

El hecho que el Padre hubiera permitido que SU hijo muera en la cruz, ¿no evidencia SU gran amor por Su creación?

No me sorprende que Dios haya prometido darles la corona de la vida a quienes le aman, porque el amor ES de Dios. Y Él se complace en aquellos que como Él son movidos por el amor.

El Señor nos dejó ejemplo también en este sentido. El amor se convierte en un elemento disciplinario para el creyente comprometido.

En lugar de vivir buscando para si mismo, el genuino creyente vive para la gloria del Señor y no tiene problemas para decir no aquellas cosas que están fuera del orden de Dios para su vida.

Queridos hermanos, que maravilla es saber que Dios siempre está dispuesto a recompensar nuestro deseo de vivir para Él.

El no tomará en poco que por amor a ÉL estemos dispuestos a decir no a muchas cosas que Él mismo sabe, que son atrayentes para cualquiera que vive sobre esta tierra.

Dios ciertamente honra a aquellos que le honran. Hablo de quienes han hecho de Él su especial tesoro.
Author: gabtorar
•14:04

Santiago 1:12 “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”.

Por SU palabra, Dios nos instruye en relación a las cosas que nos convienen. En cada una de las múltiples facetas de nuestra vida, nos conviene hacer lo que Dios nos manda hacer.

¿La razón? Simple, Él siempre desea lo mejor para nosotros y además siempre sabe lo que viene por delante.

De ahí obedecer al Señor es conveniente para nosotros. Y si bien esa obediencia debiera ser permanente, hay momentos en los que obedecerle nos resultará ser especialmente beneficioso.

El llamado del Señor es a mantenernos en SU camino. Jesús señaló ser ESE camino. Andar por ese camino es seguro para nosotros, pero no podemos desconocer que muchas cosas atentan nosotros intentando sacarnos del camino o al menos desviar nuestra mirada de Él. Esas son las llamadas “tentaciones”.

Las tentaciones SIEMPRE vienen con la finalidad de DESVIARNOS del camino del Señor, de apartarnos de Él e impedir que hagamos Su voluntad.

A medida que transitamos por este camino llamado Cristo, encontraremos que a lo largo (o al costado de este) se presentarán distractores. Esos distractores son tentaciones, cuya finalidad, como ya dije, es desviar nuestros pies del camino o al menos, dificultar nuestro avance en Cristo.

Cuando las tentaciones aparecen en el camino es cuando más debemos tener presente lo que Dios nos ha enseñado.

De acuerdo a nuestro texto la tentación debe ser soportada. Uno quisiera ser constantemente LIBRADO de las tentaciones, me refiero a no tener que ser tentado, pero me temo que eso es algo imposible.

Con seguridad Dios nos guarda de muchas instancias de tentación, pero ÉL no evitará que seamos tentados en algún minuto.

Por eso nos dice cómo debemos proceder ante esa situación. Y nuestra parte consiste en soportar la tentación. La tentación viene a nosotros con el firme propósito de ejercer una influencia en nuestra conducta, actos y decisiones. SOPORTAMOS la tentación MANTENIÉNDONOS FIRMES en lo que Dios nos ha pedido o mandado por Su palabra.

Ser tentado no implica pecar. Hay muchos creyentes que se sienten agobiados por una culpa que no tiene razón de ser. Tentación no es pecado. Pecamos cuando CEDEMOS a la tentación, pero no pecamos al ser tentados.

Si las tentaciones son el vehículo por medio del cual Satanás se abre paso hasta nosotros, la obediencia es la herramienta por medio de la cual nos abrimos paso a la victoria que Dios nos ha prometido como hijos suyos.

Dios testifica en SU palabra que “Jesús fue tentado en todo, según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Eso debe alentarnos.

Jesús venció porque frente a cada tentación recibida SE MANTUVO obediente a la palabra.

La misma victoria que Él obtuvo nos ha sido prometida si decidimos transitar por el camino que Él anduvo, que es el camino de la obediencia al Padre.

Si Dios dice que DEBEMOS soportar la tentación, eso quiere decir que PODEMOS soportarla. Dios siempre nos da el poder para hacer lo que manda.

No te dejes mover por las tentaciones, escoge dejarte mover por la palabra de Dios.

Ceder a la tentación produce tristeza en nuestro interior mientras que hacer lo que Dios manda trae como fruto una tremenda paz y gozo interior.

Cuando estamos siendo tentados, es cuando la obediencia es más necesaria. No lo olvides.

Author: gabtorar
•11:57

1 Timoteo 2:1-2 “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad”.

Jesús dijo que en la medida en que se aproximara el tiempo de Su venida sería más evidente la crisis de la fe. Él habló de esto usando una parábola en que una viuda se acercaba a pedirle a un juez injusto, que le hiciera justicia de su adversario. Jesús puntualizó que en la perseverancia habría respuesta. Agregó que así mismo, el Señor haría justicia a sus escogidos que clamaran a Él de día y de noche. Sin embargo, en ese punto agregó, que el problema sería que los escogidos no clamarían.

La respuesta vendría si clamaban. La falta de respuesta sería entones ocasionada por un renuencia a clamar.

En estos días he tenido un sueño perturbador, que por cierto sé que viene del Señor, y en el cual Dios me hace ver lo efectiva que es la oración.

Nosotros no oramos porque no creemos que Dios responda nuestras oraciones. Si tuviéramos la claridad que lo hace ¡¡no cesaríamos de orar!!

Estoy convencido que no estamos orando por las autoridades como Dios desea. Dios dice en Su palabra que esa clase de oración producirá como fruto que “vivamos quieta y reposadamente, en toda piedad y honestidad”.

No hay ni luces de lo que dice el versículo. Las naciones están más convulsionadas que nunca. El reposo ha sido remplazado por un constante estado de ansiedad, y ya sabemos que la piedad y honestidad han sido casi totalmente consumidas por la mundanalidad y corrupción.

Hay verdades que uno no puede obviar y que el pueblo de Dios no está orando como debería es evidente.

Soy un convencido que la iglesia está en la tierra no solo para ser luz y sal, sino también para ser una restricción contra el mal.

La oración hace a Dios PRESENTE en las circunstancias de la vida. Al orar, al hacer a Dios partícipe de lo que pasa, al clamar por Su ayuda estamos involucrándolo a Él y a todo lo que Él es capaz de hacer.

Pienso que como creyentes (y en el caso de algunos como yo, que tenemos la bendición de liderar o presidir en la iglesia del Señor) nos haría muy bien considerar lo que la escritura dice.

Queremos paz, queremos que la policía restrinja la delincuencia, los asaltos, las violaciones y otros delitos aberrantes, pero la policía sólo puede captura al malhechor. Ningún policía puede convertir el alma del delincuente. Sólo Cristo puede.

Las políticas que se hagan pueden ayudar a tener más controlado el quehacer de los malos, pero no los convierte

Es trágico cuando los hombres (actuando de la forma más humanista que existe) prefieren echar mano a sus ideas, y dejan a Dios fuera de sus decisiones.

Las naciones son bendecidas por la oración de la iglesia del Señor, también lo son los que las gobiernan.

Existe una gran necesidad por despertar a esta necesidad y tomar nuestro lugar de intercesores. ¡¡Hay tanto por lo cual pedir!! Más allá de nuestras propias y cotidianas necesidades.

Muchas de nuestras oraciones parten en nosotros y acaben en nuestros seres queridos. Pero Dios no es egoísta. Él quiere actuar y hacer una gran obra en medio de la maldad que nos rodea, pero para ello, como siempre, usará un instrumento humano, uno débil pero que con su determinación y perseverancia hará posible que el Todopoderoso ejecute Sus propósitos.

Podemos ser de gran aporte a la obra del Señor si comenzamos a orar por los que están en autoridad. Dios nos lo ha pedido explícitamente en SU palabra y Él nunca pide algo porque sí.

Hermano intercesor, toma tu lugar, ponte en la brecha y gózate al ver como Dios hace maravillas en respuesta a tu oración.

Esa oración traerá paz y nos librará de ser liderados por personas que no ven porque están ciegas a las verdades más importantes que son las del Señor y Su palabra.

Author: gabtorar
•9:45

1 Timoteo 2:1-2 “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad”.

No sé si te habrás dado cuenta, pero vivimos inmersos en una “cultura de engaño”.

Muchas cosas están confabulando para generar este marco. Entre ellas, los medios de comunicación que están siendo usados muy estratégicamente para transmitir mentiras a millones de personas simultáneamente.

Una propaganda que es mostrada varias veces al día terminando dejando “algo” en la mente de las personas.

Por causa de la tecnología, hoy basta con cortar una grabación para que ella diga lo que en realidad no quería decir, con editar una imagen o presentarla desde un determinado ángulo para arruinarle la reputación a alguno.

Las redes sociales pueden ser usadas para desprestigiar y aunque lo que se diga no sea cierto, quedará irremediablemente registrado en la retina de muchas personas.

De igual manera, a causa de las “nuevas informaciones” que se sueltan a diario (hace un tiempo escribí sobre esto), hemos comenzado a cuestionar cosas que por años supimos que eran ciertas. Hemos, asimismo, comenzado a dar crédito “a ciertas” cosas, que por años supimos que no eran verdad.

Se trata de un espíritu de engaño que aprovechando la ingenuidad y el desconocimiento envuelve a millares de personas.

Es peligroso cuando el engaño, que opera en las personas, logra posicionarse en algún sitial de liderazgo o prominencia.

Hay personas que francamente “no entienden hacia donde va la micro”. Es decir, que van donde va la mayoría.

Tal clase de personas son presas fáciles del engaño, fáciles de confundir. Personas que a lo bueno llamarán malo y que aceptarán lo malo como si fuera bueno, sin chistar.

Dios sabe que el engaño cunde como una epidemia en este siglo y las personas que desconocen la verdad pueden ser engañadas con mucha facilidad. Pero se requiere de “auto engaño” para que uno que sabe la verdad acepte la mentira.

Los niños son fáciles de influenciar, pero aun ellos saben que un plato de tallarines no es un pollo asado. Podemos cambiar de nombre al plato, pero una vez que ellos aprendieron qué era qué, sabrán diferenciarlo ¡¡y nos lo harán saber!!

En mayor o menor medida SABEMOS qué está bien y qué está mal en el mundo, así como en nuestra vida personal.

Podemos diferenciar la mano derecha de la izquierda sin problemas pero la sociedad, como un todo, está abriéndose cada vez más a aceptar mentiras como verdades.

Un ejemplo muy contingente es el caso del joven homosexual que fue golpeado por un pandilla.

Yo no tengo nada en contra de los homosexuales, pero no me engaño. Puedo ver que lo ocurrido con ese joven (es terrible, Dios se compadezca de su familia especialmente) es la coartada perfecta para quienes desean legitimar un estilo de vida que desde el génesis se ha entendido como antinatural.

No sólo la palabra de Dios, sino además la historia y las sociedades registran el homosexualismo como una condición que escapa a la norma.

Quienes están detrás de estos movimientos (me refiero a sus líderes) escarnecen a la iglesia evangélica, presentándola como el problema, como el ente discriminador, haciéndole a la iglesia, GRATUITAMENTE, una pésima propaganda ante el resto de la sociedad.

Quienes no entienden la naturaleza del conflicto, critican la posición de la iglesia, sin siquiera entenderla.

Actores, escritores, animadores y otros, aprovechan los espacios en la pantalla chica para guiñarle el ojo a quienes viven, defienden y promueven el homosexualismo como estilo legitimo de vida.

La voz popular dice que la iglesia debería apoyar a las minorías sexuales, y entenderlas, aceptarlas, acogerlas. Pero no se trata de apoyar cualquier cosa para demostrar amor por el prójimo, sino de apoyar lo que UNO SABE QUE ESTÁ BIEN.

Por supuesto, no es algo personal de la iglesia evangélica. No son “los evangélicos VERSUS los homosexuales o lesbianas”.

Pero tampoco son “los evangélicos APOYANDO la vida homosexual”, porque NO PODEMOS APOYAR ESO.

Dios nos ha enseñado que esa opción de vida es equivocada. Que no es parte de Su plan, porque no corresponde a lo que Él diseñó.

Ahora bien, Dios no abandona a los homosexuales. Él les ofrece una vida NUEVA en Jesús. Les ofrece vivir de acuerdo a Su plan.

Es lo mismo que nos ofreció a nosotros sin ser necesariamente homosexuales o lesbianas, porque Dios no hace acepción de personas. Cualquier pecador y cualquier pecado necesitan del mismo salvador que es Jesucristo.

Déjeme ejemplificar: uno difícilmente pensaría que un doctor está en contra de un paciente. Al contrario, él quiere ayudar al paciente, pero el paciente (enfermo) puede ver en el doctor un enemigo si no entiende la naturaleza del trabajo del médico.

Si lo que el enfermo está esperando es que el doctor le diga “todo está bien, siga su vida”, cuando él sabe que nada está bien, entonces el paciente se puede molestar con el doctor y en muchos casos ocurre así.

Mucha gente se enoja contra los médicos por lo que estos hacen y por los diagnósticos que entregan, pero no es culpa de los médicos.

Ellos están haciendo su trabajo. ¿Cuántas vidas se salvan médicamente hablando, gracias a que ellos hacen su trabajo advirtiendo de los peligros que las personas corren en términos de su salud?

Cuando la iglesia le dice a las personas que hay una enfermedad llamada “pecado” en cualquiera de sus formas (incluyendo el homosexualismo, adulterio, fornicación, robo, asesinato, blasfemia, codicia, avaricia, envidia, borrachera, rencor, etcétera) y cuyo único antídoto es Jesucristo, la iglesia no está discriminando, ¡está haciendo su trabajo!

La iglesia es la luz del mundo, es la que ve, donde otros no ven y es la atalaya encargada de advertir sobre el peligro que se aproxima.

Indudablemente esto no es CONTRA las personas, sino contra lo que HACEN las personas.

Tú no odias LA PERSONA que vende drogas sino el mal que ESO genera.

La cultura del engaño está promoviendo que se legisle a favor de los DERECHOS de las minorías sexuales. Me parece bien si eso significa clarificar los asuntos de patrimonio o derechos previsionales, de salud u otros que están directamente relacionados con su el bienestar personal y social. Pero que tengan la facultad de casarse o adoptar hijos... eso es OTRA COSA.

Yo no me voy a engañar. Por este ni por otros casos que pudieran surgir.

No importa cuántas leyes puedan hacerse a favor de los “derechos” de las minorías sexuales. Esas leyes NO VAN A hacer a Dios CAMBIAR de perecer, ni les va a evitar a ellos un día tener que asumir los costos por llevar esa vida y por intentar promoverla.

Hay una necesidad imperiosa porque se levanten autoridades que se identifiquen con los valores de Dios.

¿Sabes? La ley de Dios JAMÁS es mala para alguien a menos que esa persona desee la maldad.

Ella (Su ley siempre busca el bienestar de las personas a las vez que salvaguarda los intereses y principios divinos.

En un mundo y tiempo (primarias en nuestro país) en que todo se resume EN UN VOTO, la iglesia DEBE tomar su lugar de intercesora para rogar que los futuros gobernantes lo hagan con sabiduría y temor de Dios.

Cuando los ciegos lideran, son incapaces de VER ciertos peligros del camino o los alcances (resultados finales) de las decisiones que toman, y que en ultima instancia, afectan a todos.