Author: gabtorar
•4:54

Gálatas 5:6: “porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino LA FE que OBRA POR EL AMOR”.

Como personas de fe a menudo pensamos que lo que más necesitamos es MÁS FE.

Yo sé que la fe es indispensable para caminar con Dios. Dios mismo dice en Su Palabra que sin fe es imposible agradarle, porque ÉL espera que quienes se acercan a ÉL lo hagan con la convicción de que Él es y que desea responder nuestras plegarias.

Así que indudablemente la fe es vital. Pero es igualmente vital que no perdamos de vista lo siguiente: aun la fe obra por el amor.

La escritura anterior lo dice así de claro. EN Cristo lo que vale es el amor. Eso me dice que la fe no es un producto en si mismo sino más bien un subproduto del amor a Cristo.

No se trata entonces que la fe sea un esfuerzo mental por conseguir algo, ni tener que enfocarse alrededor de una idea o petición. La fe obra por el amor ¿a quién? ¡A Cristo, por supuesto!

No es raro que Dios mismo diga que todas nuestras cosas deben ser hechas con amor. Es que para Dios el amor es el motor principal.

Hay un capítulo completo de la biblia dedicado al tema del amor.

Ese capitulo habla de la futilidad de lograr o hacer cosas aparentemente grandes (como tener toda la ciencia o tener un gran fe para mover montes, o aun dar el cuerpo para ser quemado) sin tener la motivación correcta que es el amor.

Las motivaciones que uno pudiera tener para ello podrían estar totalmente alejadas del amor.

¿Cuántas cosas que hacemos son motivadas por el egoísmo, por el deseo de hacernos un nombre o de ganar votos entre las multitudes y no por un espíritu de amor y de verdadera preocupación por el prójimo o por honrar a Dios?

Dios es quien descubre las motivaciones del corazón y la biblia dice que el corazón ES ENGAÑOSO, lo cual significa que no es de fiar.

Así pudiendo aun tener tanta fe que los montes se hicieran a un lado al vernos, ello para Dios no tendría ningún valor si no está motivado por un espíritu de amor.

Nuestra mayor necesidad es tener el espíritu correcto de amor que Dios desea ver en nosotros.

No es la gran fe sino el amor el que cubre multitud de pecados. De modo que no hay fe verdadera, sin amor verdadero.

El conocido versículo de Juan 3:16 no habla del gran poder de Dios sobre el mundo, sino del amor de Dios por el mundo.

Muchas personas están en el negocio de hacer grandes cosas para Dios y claro que es correcto querer servir a Dios y trabajar para ÉL, pero debemos todavía ser mas cuidadosos en ver si lo que hacemos, lo hacemos con el espíritu correcto que Él demanda, que es un espíritu de amor.

La vida del cristiano no está para nada exenta de dolores, de penas, de tristezas y de traiciones, para superar todas esas cosas, ¿qué se necesitan: poder, fe, mucho conocimiento teológico o más bien un profundo amor por Dios y el prójimo?

Una vez más queridos amigos no me cabe duda que es el amor.

Y si bien la fe y la esperanza son muy importantes sobre estos dos de nuevo el principal es el amor.

¿Queda más claro ahora, cuál es nuestra más grande necesidad?

Tanto oramos por más fe y por más conocimiento, comencemos a orar por un mayor derramamiento del amor de Dios en nuestros corazones.

De seguro, cuando eso ocurra, tendremos mayores y mejores resultados.

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